Me entusiasmé profundamente del Jesucristo del Evangelio. Me alimenté todos los días de todos los años con la Eucaristía. Gocé profundamente y sentí a un Padre-Dios en la Naturaleza. Me fui a vivir con ello...
El abandonado, el enfermo mental, la maltratada, el enfermo de droga o SIDA, el preso, el pobre sin horizonte, el tirado en la calle, la mujer maltratada, el niño abandonado, el inmigrante sin papeles..
Habla con Dios como Él quiere que le hables. Con las palabras que Él escogió. Como Jesucristo y la Virgen rezaron en sus vidas. Sintiéndole Padre, Todopoderoso, justo, misericordioso.