Tras los sucesos acaecidos en el castillo de Terabe, Ieyasu gana la confianza de su señor Imagawa Yoshimoto, que le concederá el derecho de cambiarse el nombre como había solicitado.
Cuando hacía pocos días que el octavo Tokugawa había heredado el shogunato, en medio de un mundo y de una situación política inestables, un hombre muy llamativo entró en Edo. Tenía los ojos rasgados y de...