A ORILLAS DEL RIO ZAIRE

Leyendo la novela A orillas del río Zaire he disfrutado con cada uno de los acontecimientos que la protagonista narra con gran riqueza de detalles y colorido. En ella, se mezclan la vida cotidiana propia de un país africano, los amores de la protagonista y los graves sucesos históricos de los que es testigo directo. La lectura del libro nos lleva a identificarnos con la protagonista y nos transporta con la imaginación a los lugares exóticos que en ella se describen, introduciéndonos de una manera dulce y sosegada en los años más duros de la historia del Zaire.

Ortega y Gasset comentaba que la misión del periodista era ver y contar lo que había visto; y eso es lo que se desprende después de leer “A orillas del río Zaire”, una novela escrita por una autora desconocida y publicada por una pequeña editorial. Atrae la portada y, una vez dentro, se conjugan: sufrimiento-alegría, agotamiento-recuperación, miseria-grandeza, muerte-vida, apariencia-realidad, soledad-compañía, burocracia-eficacia, odio-amor, desorden-prioridad, muchísimas historias-pocas palabras. Y lo más brillante es que la protagonista, una líder del paisaje cotidiano, queda como en un segundo plano. Un libro escrito con un ritmo creciente que invita a repensar lo esencial a la brisa de un gran río, a olvidarse de lo secundario, a no caer en la vulgaridad de tropezarse con personas de categoría y no darse cuenta. Una historia que trasluce gestión, aire de superación y que invita a leerlo más de una vez.